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viernes, 13 de junio de 2014

Cambio Climático: enseñanzas de la experiencia cubana (1 de 2)

Cuba tiene una larga historia de medidas de adaptación al cambio climático, aún si en su momento no fueron concebidas como tales. Foto/Inés Pérez
Cuba tiene una larga historia de medidas de adaptación al cambio climático, aún si en su momento no fueron concebidas como tales. Foto/Inés Pérez
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A finales del año pasado, la República Dominicana recibió una noticia poco alentadora de parte del Banco Mundial. El reporte no tenía nada que ver con el estado de la economía del país, o el balance de la deuda externa, o con medidas de desarrollo, al menos no directamente. Se trataba de un tema de supervivencia.

De acuerdo a la institución, de mantenerse el ritmo acelerado de subida del nivel del mar, la ciudad de Santo Domingo estaría entre las cinco ciudades que podrían quedar bajo el agua para el 2050, por efecto del cambio climático (después de Alejandría, Barranquilla, Nápoles y Sapporo).

Pero la erosión causada por el agua salada y las inundaciones de las zonas costeras son sólo parte del problema. En base a los escenarios del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, los impactos esperados en la República Dominicana abarcan desde problemas de escasez de agua para consumo y para producción, y expansión de la desertificación, al incremento de los daños causados por tormentas y huracanes (cuya frecuencia e intensidad aumentará) y pérdidas económicas por daños a actividades productivas, como la agricultura y el sector turismo.

Aunque el país ha empezado a tomar acciones para afrontar este reto, todavía queda mucho por hacer, advertía el experto en cambio climático del Banco Mundial, Jerry Meier, señalando "una falta de conocimiento sobre los terrenos inundables" y la ausencia de zonas prohibidas para construcción.

En la región, casi todos los países están dando sus primeros pasos en cuanto a preparación para lidiar contra el cambio climático. Todos excepto Cuba.

Dada su proximidad y características geográficas similares a la República Dominicana, el escenario de impacto del cambio climático en Cuba es similar al nuestro, con la diferencia que la nación cubana lleva años desarrollando una política de cambio climático práctica y efectiva.

Según Oxfam International, Cuba es uno de los países a la vanguardia en la adopción de medidas para mejorar la comprensión del fenómeno de cambio climático y en la implementación de acciones encaminadas a reducir la vulnerabilidad de la población a un clima que no sólo es variable, sino que también está cambiando.

"La adaptación al cambio climático es un tema de gran preocupación para el futuro de la mayoría de los gobiernos de los estados insulares del Caribe. En Cuba, este esfuerzo ha estado en marcha desde hace bastante tiempo, e implica no sólo la formulación de planes, sino también la toma de acciones concretas en el terreno," concluyó la entidad.

Una cultura de huracanes
Cuba tiene una larga historia de medidas de adaptación al cambio climático, aún si en su momento no fueron concebidas como tales. Para empezar, el país cuenta con un sistema de prevención y gestión de desastres sumamente eficiente, llamado Defensa Civil, diseñado para proteger la vida de los ciudadanos en caso de eventos extremos, como el paso de un huracán.

El sistema fue establecido luego de que el Huracán Flora azotara el Caribe en 1963, dejando más de 7,000 muertos en Haití y Cuba. Hoy día, el archipiélago cubano registra consistentemente el menor número de pérdidas de vida en temporada de huracanes en toda la región.

"Aquí existe ya una cultura de lidiar con huracanes," señaló Arnaldo Álvarez Brito, investigador titular del Instituto de Investigaciones Agroforestales del Ministerio de Agricultura de Cuba. "Desde que un organismo ciclónico entra en la región del Caribe, ya los sistemas de alerta cubanos se ponen en marcha. Normalmente, 72 horas antes que un ciclón pase, los sistemas de evacuación, ya todo eso está hecho," explicó.

Asimismo, luego de la revolución cubana, el gobierno desarrolló varios programas que se centraron en la conservación y el uso sostenible de sus recursos naturales, como el agua y los bosques. Entre 1967 y 1990, se construyó un gran número de embalses, micro-represas y canales de distribución para hacer frente a la escasez crónica de agua del país.

"Hoy en Cuba, el uso del agua tiene un plan anual que lo aprueba el Instituto de Recursos Hidráulicos, y es el que autoriza a todos los organismos del país, a todos los ministerios, la cantidad de agua que pueden usar en todo el año, y la fuente de dónde la pueden sacar," dijo Álvarez.

También se puso en marcha un proyecto de reforestación para que aumentar la cobertura boscosa, de 14% en el 1959 a 29% para 2015. "Ya estamos a 28.6%, estamos cerquita," señaló.

Por otro lado, el país lleva décadas invirtiendo en la educación, por lo que la población en general está mejor equipada para hacer frente a los desastres naturales. El fuerte énfasis en la educación, sobre todo después de 1959, dio lugar a la acumulación de capital humano científicamente cualificado para estudiar y evaluar los efectos de las variaciones climáticas.

Según Oxfam, en 1991, antes de que hubiera un compromiso internacional para luchar contra el cambio climático, Cuba estableció una Comisión Nacional sobre Cambio Climático, para investigar los posibles impactos del fenómeno. Pero a medida que los eventos hidrometeorológicos en el país se volvían más intensos y frecuentes, el gobierno se dio cuenta que tenía que tomar una actitud más proactiva.

Adaptación 101
Desde el 2001, Cuba ha sido golpeada por ocho huracanes intensos (categorías 3, 4 o 5), una cifra que no se había registrado en década alguna desde 1791 hasta el presente. Sólo del 2005 al 2008, los daños provocados por el impacto de huracanes tropicales ascendieron a casi 21,000 millones de pesos cubanos (más de 900,000 millones de pesos), de acuerdo a datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información, por concepto de medidas preventivas, reposición de viviendas, daño a instalaciones, pérdidas agrícolas e interrupciones a servicios básicos. Eso sin contar con las pérdidas ocasionadas en el sector agrario por el incremento de eventos de sequía, particularmente en la mitad oriental del país.

"Con el tiempo, el país se empieza a dar cuenta que con este problema de los cambios climáticos, no podíamos solamente trabajar con el nivel de evacuación, sino que había que ir incorporando nuevo conocimiento científico para que el trabajo preventivo fuera más eficiente," explicó Gisela Alonso Domínguez, presidenta de la Agencia de Medio Ambiente.

Así fue como en el 2005, se inicia todo un trabajo para determinar los peligros y vulnerabilidad de origen natural, y la identificación de acciones de adaptación temprana en todo el país. Estos estudios, llamados estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo, incluyen las afectaciones por la penetración del mar, de intensas lluvias, fuertes vientos, sequías, entre otros, diferenciados por provincia y por municipio.

La importancia de estos estudios, finalizados en 2013, es que sus resultados han sido incorporados en el plan de ordenamiento territorial de Cuba. "Ya el año pasado terminamos todo esto. Ya han habido resultados muy importantes, sobre todo en la zona urbana en la zona costera," dijo Alonso.

Dado su condición de isla, uno de los principales problemas del cambio climático en Cuba es la elevación del nivel del mar. En base a los escenarios de clima actuales, en el 2050 el país habrá perdido un 3% de su territorio nacional al mar, y un 5% para el 2100.

Como consecuencia, el país ha implementado un programa de rehabilitación de las playas como defensa física ante el problema de la elevación del mar. "Ya el año pasado terminamos Varadero, y este año se va a hacer la cayería norte, y se tiene previsto dentro de dos años hacer Holguín," aclaró Alonso.

Otro elemento de defensa física de la zona costera son los manglares, por lo que se ha diseñado una política de protección y reforestación de estos ecosistemas. "Ya todo el mundo sabe que no se puede tocar el manglar, y en aquellas áreas donde realmente se puede propiciar una reforestación, tenemos la ecotecnología para hacerlo," dijo Alonso.

Otras iniciativas de adaptación generales incluyen la protección de los arrecifes, construcción de obras de ingeniería para evitar la intrusión marina, el desarrollo de variedades agrícolas más resistentes a períodos de sequía prolongados, así como el embate de huracanes; establecimiento de cuotas de agua anuales y la protección de los acuíferos; una política de reforestación de bosques; entre otras más.

Más vale prevenir que lamentar
Según Oxfam, el cambio climático es una de las principales preocupaciones del gobierno cubano, y desde hace un tiempo es un tema que ha sido considerado como una prioridad política en todos los niveles.

"Pero hay que tener información para saber qué vas a hacer," explicó Álvarez.

En la República Dominicana, ya se han realizado diversos estudios para determinar cuáles son las principales vulnerabilidades y riesgos del cambio climático, y se ha establecido todo un marco legal que define la ruta hacia donde debe moverse el país. Ahora, es cuestión de hacerlo antes de que sea demasiado tarde.

"Hay un compañero mío que tiene una frase en la cual tiene toda la razón: ‘mientras más nos demoremos, más vulnerables seremos,' y eso es lo que pasa. Mientras más te demores en buscar medidas de adaptación, más vulnerable vas a ser; vas a tener menos tiempo, vas a tener que gastar más dinero, el dinero va a estar más escaso, y el impacto va a ser más grande," dijo Álvarez.

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