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jueves, 17 de julio de 2014

El Centro Olímpico Juan Pablo Duarte original cede sus espacios

Vista área del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte en 1974, previo a los "Doce Juegos".
Vista área del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte en 1974, previo a los "Doce Juegos".
SANTO DOMINGO. Cuatro décadas después de su construcción, en una superficie de 722 mil metros cuadrados, las tres grandes obras del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte original que sobreviven son mayores referentes para uso de actividades extradeportivas que para lo que se construyeron.
Un Palacio de los Deportes que fue vergüenza internacional en el último certamen de ese tipo que acogió (Centrobasket '2010) y un Estadio Olímpico con una década vetado por la FIFA… El Velódromo, donde por años se practicó más béisbol y tiro que ciclismo, salva la honra como fábrica de la generación más fructífera de medallistas sobre el sillín (2002-2010).
Este trío de instalaciones no han recibido más que remozamientos que no han cambiado su estructura original.
Pero allí, los conciertos, graduaciones, concentraciones políticas y religiosas y competencias de chichiguas le doblan el pulso a las carreras de 100 metros, los canastos de tres o las pedaleadas a 60 kilómetros en el óvalo.
En 1974, para el país albergar los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe invirtió RD$20 millones (para entonces a la par con el dólar) en el complejo que, además, contó con la piscina olímpica, pabellones temporales de voleibol y gimnasia, canchas abiertas de baloncesto, tenis y voleibol y estadios de béisbol y softbol.
El otorgamiento de la sede de los Juegos Panamericanos en 2003 dio lugar a que en el complejo se levantaran nueve obras como el Palacio del Voleibol, pabellones de judo, combates, lucha, raquetbol, pista de calentamiento y un complejo acuático nuevo por un monto de RD$449.7 millones.
Previamente se levantó la sede de ajedrez, y más reciente, los pabellones de esgrima y el Museo de la Fama del Deporte Dominicano. Este crecimiento se llevó gran parte del área verde y de parqueos, lo que convierte en un dolor de cabeza asistir a un evento de masa allí.
Rafael Uribe, presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto e ingeniero civil de profesión, tan pronto asumió las riendas a principio de 2012 retomó el discurso de su antecesor, Frank Herasme: La Media Naranja hay que demolerla, es disfuncional. Y mantiene la postura.
Tal es así, que Titanes y Leones, los equipos capitaleños de la Liga Nacional de Baloncesto (LNB), se mudaron a jugar la serie regular en el Palacio del Voleibol hasta que las goteras los obligaron a regresar al Virgilio Travieso Soto.
"El Palacio" ha recibido varios remozamientos que han reducido su capacidad para acoger público. Pero arrastra problemas que van desde su sistema de plomería y electricidad hasta iluminación interior y exterior o la falta de áreas de calentamiento, como se contempla en los aforos modernos de esta disciplina.
"El Velódromo mantiene intacta su funcionalidad, ha sido mejorado con una pequeña villa y ahora dispone de una pista de bicicrós. Es una obra que ha devuelto su inversión", dijo Juan Luis Rodríguez, ex ciclista y hasta 2013, titular de la Federación Dominicana de esa disciplina.
El año pasado, el Ministerio de Deportes comenzó a reparar la grama del Estadio Olímpico, y se pudo volver a jugar fútbol, aunque la Federación Internacional (FIFA) no termina de reconocer el recinto para competencias oficiales.

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