El lunes 23 de junio fue detenido en Tijuana Fernando Sánchez Arellano, el heredero visible del CAF, en una operación armada con información de la DEA. Esta vez ofrecemos a nuestros lectores la crónica puntual y detallada de la detención.
Cuando tres agentes vestidos de civil rodearon a Fernando Sánchez Arellano el Ingeniero, él les dijo que era Fernando Canales Villanueva y que nada debía. Ante el silencio de los agentes que procedieron a detenerlo, cambió de táctica: “Está bien, son tres, podemos llegar a un arreglo”. Uno de los oficiales de Baja California le dijo en seco: “Compa, ya te agarraron; ya acéptalo”.
Entonces el sobrino de Benjamín y Ramón Arellano Félix, y hasta ese momento líder del Cártel Arellano Félix, dejó de oponer resistencia física o verbal. Lo habían detenido. Finalmente, después de doce años en la actividad delictiva, había caído.
Acusado de asesinar a policías municipales en la narcoguerra que se vivió en Tijuana entre 2007 y 2010, a Sánchez Arellano le seguían la pista desde hace un año.
El operativo para detenerlo inició hace meses en Estados Unidos. Al final, una vez ubicados sus pasos y controlados sus movimientos, investigadores de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) tomaron su información y solicitaron a corporaciones locales en Tijuana ejecutar el plan de aprehensión.
La revelación del trabajo de inteligencia de la DEA y el operativo coordinado de Tijuana, fue hecha por miembros del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California.
En efecto, el último Arellano conocido en el hampa fue detenido por oficiales locales, custodiado y trasladado por elementos del Ejército Mexicano, con información y análisis de la DEA.
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