SHANGHÁI, CHINA. El mayor complejo hidroeléctrico del mundo, el de la presa de las Tres Gargantas, en el curso medio del río Yangtsé, aumentará con el tiempo la erosión y la acción del mar sobre su delta, sobre todo en las costas de Shanghái, junto a su desembocadura, lo que dañará el ecosistema local.
Esa es la advertencia que está lanzando el profesor Chen Guojie, investigador del Instituto de Riesgos y Medio Ambiente de las Montañas de la Academia China de las Ciencias, de cuyas conclusiones se hace eco el diario independiente "South China Morning Post".
El problema es que, a medida que pase el tiempo, la presa de las Tres Gargantas irá reduciendo el caudal del Yangtsé a la altura de su desembocadura, lo que reducirá también su habitual, hasta ahora, carga de sedimentos arenosos, un efecto que provocará así una mayor acción destructiva de las mareas marinas sobre la costa china.
"Para Shanghái, lo que es bueno y útil (en su medioambiente fluvial y costero) está disminuyendo, y lo que es dañino y tóxico está aumentando", mantiene Chen.
Una menor cantidad de sedimentos y del caudal de agua dulce en el estuario del Yangtsé también facilitará la intrusión del agua marina, que todos los días se mezcla con el río y llega a hacer remontar el curso de la corriente de sus dos afluentes, el Huangpu y el Suzhou, ya dentro de Shanghái, a casi un centenar de kilómetros.
Dado que parte del caudal tradicional del Yangtsé se está quedando ahora retenido río arriba, la provincia de Hubei está tratando de transferir agua de otra parte del río hacia su río Han, mientras que la de Jiangxi está construyendo un embalse propio en el lago Poyang, el mayor lago de agua potable del gigante asiático.
La provincia de Hunan también está tratando de reconstruir embalses de agua potable en su lago Dongting, el segundo mayor de su tipo en el país tras el Poyang.
"Además, dadas las numerosas estaciones hidroeléctricas que hay en las partes más altas del río, un Yangtsé sano será imposible en el futuro", avisó Chen.
El proyecto de las Tres Gargantas, en el que se invirtieron más de 248.000 millones de yuanes (29.548 millones de euros, 39.967 millones de dólares), se inició en diciembre de 1994, y actualmente se está llevando a cabo la última ronda de ensayos para ponerlo a funcionar a pleno rendimiento.
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