El documental "Danny Kid" revela detalles del escándalo en torno a la edad de Danny
NUEVA YORK. Rechazando que fuera un "tramposo" y achacándole el escándalo al entrenador, su compueblano Rolando Paulino, el ex peloterito de la calle Imbert, en Moca, Danny Almonte, aparece en un documental titulado "Danny Kid" (El Niño Danny), en el que se revelan detalles del escándalo mundial que sacudió el béisbol infantil de los Estados Unidos, cuando él era una estrella naciente con futuro millonario en las Grandes Ligas.
"Siempre dicen que fui el tipo tramposo, ese es Danny el tramposo, pero quienes hablan así no saben toda la historia", dijo Almonte, quien en el momento del escándalo, e'ra monitoreado por los Yankees de Nueva York y docenas de otros equipos de las Grandes Ligas, a la espera de que tuviera la edad necesaria para firmarlo como prospecto.
Pero la edad de Danny no llegó nunca, porque se descubrió que en la oficialía de estado civil del Distrito Municipal de Jamao al Norte (Moca), se había hecho un acta de nacimiento "chimba" para quitarle los años.
El ex pitcher mocano logró una de las hazañas más espectaculares en la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en Estados Unidos, cuando ponchaba casi a todos los bateadores contrarios y comenzó a llamar la atención por su poderoso brazo y su gran corazón en el montículo.
Ahora tiene 27 años de edad y además de Paulino, quien también es un ducho y prestigioso cronista deportivo, acusa a su padre, quien era jugador amateur en Moca, de haberlo manipulado para aprovecharse económicamente de él.
"El villano de esta historia es Rolando Paulino", añadió Almonte.
Relató que vivió con Paulino cuando llegó a Nueva York desde la República Dominicana, a los 12 años de edad.
"Vivir con Paulino fue un infierno. Nunca me dejaba hacer nada, ni salir a la calle. Para él, yo tenía que ser un pelotero 24/7", explica el ex jugador infantil en el documental.
De su papá, que también era su entrenador como pitcher, Almonte sostiene que "creo que se aprovechó de mí y me hizo sentir mal".
Almonte tenía la inusual habilidad de lanzar la bola a 75 millas por hora, con sus aparentes 12 años de edad, que en realidad eran 14.
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