SANTO DOMINGO. La serie regular del béisbol otoño-invernal criollo es lo que más se parece a la carrera de 800 metros, esa prueba del atletismo en la que una buena salida ayuda pero no garantiza pódium, y en la que la segunda mitad es clave para remontar o sentenciar.
De ahí que, al completarse ayer el ecuador de la contienda, la definición de los cuatro clasificados puede que dependa de la planificación que hayan hecho las oficinas sobre entrada y salida de jugadores.
La celebración del día de Acción de Gracias marca la expiración de contratos de importados con proyección ligamayorista y el final de los permisos para prospectos que llegaron a cumplir cuotas de turnos y entradas marca un cambio en las plantillas de los equipos.
El Escogido llegó a la mitad con 9-16 y Moisés Alou, su gerente, no refleja la preocupación que debería tener un conjunto que ocupa el sótano y el que ya tuvo que prescindir del dirigente.
“Es difícil conseguir jugadores en esta fecha sino has hecho los amarres previamente y nosotros amarramos unos cuantos jugadores antes del inicio de la temporada para esta fecha. Hasta hemos despreciado jugadores que teníamos apalabrados, pero llega un momento en el que uno tiene que moverse por donde sea”, dijo Alou, que no vislumbra a su equipo fuera del round robin.
Los Toros pierden a Tyler Moore, Yasmani Grandal, Chris Leroux, David Purcey y Dylan Axelrod, el Escogido a Joc Pederson y Jordan Pacheco, el Licey ya no cuenta con Nomar Mazara, Chris Parmelee y Dilson Herrera y las Águilas perdieron a Dan Black.
A esto se suman los fichajes de aquellos que gracias a su buen arranque consiguen contratos en Asia como Andy Marte, Radhamés Liz y Carlos Peguero, claves en sus equipos y que al pactar sus acuerdos abandonan la liga.
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