WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó hoy a la calma tras conocerse que el policía que mató al joven afroamericano Michael Brown no será imputado, al tiempo que admitió que este caso "evidencia" los retos aún pendientes para una nación con una historia de discriminación racial.
"Hemos hecho grandes progresos en las relaciones raciales, he sido testigo de ello en mi propia vida, pero sigue habiendo problemas. (...) La situación en Ferguson evidencia desafíos que seguimos teniendo como nación", dijo Obama en una declaración no prevista desde la Casa Blanca
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