SAN FRANCISCO. Se resistió a cambiar al primer bate que no estaba rindiendo, y su paciencia fue recompensada. Se arriesgó con un relevista novato para enfrentar a Bryce Harper, y no se arredró cuando la pelota acabó en el agua. Y tomó la dura decisión de relegar a Tim Lincecum al bullpen.
Bruce Bochy es quien toma las decisiones en los Gigantes. Ahora, al guiar a San Francisco a la Serie Mundial por tercera vez en cinco años, podría entrar en un selecto club.
Intentará convertirse en apenas el décimo mánager con tres anillos de campeón. Todos los pilotos en ese grupo tienen una placa en el Salón de la Fama, un club en el que recientemente fueron incorporados Tony La Russa y Joe Torre, así como los legendarios Casey Stengel y Connie Mack.
Bochy, de 59 años, insiste que no se duerme con sus laureles. “No es que estoy fingiendo ser humilde. Tengo la suerte de dirigir a un gran equipo, un equipo con garra, y que tiene la personalidad para ganar”, dijo.
0 comentarios:
Publicar un comentario