Pacers ante duro reto en el hogar de Miami

Desde el año pasado a esta fecha se han enfrentado 15 veces con Miami delante 8-7

Dwyane Wade, factor clave del Heat en esta postemporada.

SD. La incertidumbre rodea a los Pacers de Indiana, básicamente sobre su jugador estrella, el pequeño delantero Paul George.

El Heat de Miami, por el otro lado, tiene su camino más llano, ahora que están en la casa. Ambos equipos disputan la final de la Conferencia del Este, que se encuentra 1-1. Aun con la ventaja de la casa, no puede haber descuido.

Estarán enfrentando por dos partidos consecutivos al equipo con el mejor récord de la Conferencia. Un reflejo de la historia desde la temporada pasada a la fecha, muestra que los 15 partidos entre estos dos conjuntos han sido tan cerrados, que Miami sólo domina por un juego (8-7). Eso incluye una serie 2-1 en 2012-13 a favor de los Pacers en ronda regular y un 4-3 para Miami en la final de Conferencia de ese año; una división 2-2 en la regular de este año y un 1-1 en lo que va de postemporada a esta fecha en otra final.

La dificultad para Indiana es que en esos 15 partidos sólo han ganado una vez en Miami, y fue el segundo juego de la final (97-93); pero el Heat de LeBron James y de Dwyane Wade ganó uno en la ruta ese año (114-96) y otro más el pasado martes 87-83.

Con ese panorama, Indiana las lleva pesadas para sacar alguna tajada del pastel cuando jueguen hoy en el American Airlines Arena, y luego el lunes, ambos juegos a las 8:30 p.m.

Un factor adverso es George, quien fue declarado con "conmoción cerebral". El jugador se ha autodeclarado en capacidad para jugar, pero su mánager Frank Vogel anuncia que será "decisión al momento del juego".

Mientras eso ocurre, Miami ve con alegría el resurgir de Wade como líder ofensivo del conjunto, un gran respiro para LeBron. Pero lo que está haciendo el escolta del Heat es sorprendente. Ha anotado 28, 27 y 23 puntos en los últimos tres partidos de Miami, su mejor racha desde diciembre. Wade tira para un 53.1 por ciento esta postemporada, y eso es más alto que lo que tiró en sus primeras tres postemporadas jugando junto a LeBron, 48.5, 46.2 y 45.7, cuando estuvo con problemas de rodilla.