“Si el Estado quiere ver inversiones en su territorio debe firmar contratos con las cláusulas de arbitrajes”

Sébastien Manciaux

SANTO DOMINGO. Como procedimiento por el cual se somete una controversia, el arbitraje revista mucha importancia para las garantías de las inversiones, dice Sébastien Manciaux.

El árbitro y profesor de Derecho de la Universidad Bourgogne (Burgundy), Dijon, Francia, destaca las ventajas que tiene esa figura, a través de la cual las partes optan por un procedimiento privado de solución de controversias, en lugar de acudir ante los tribunales. El experto, quien participó en un coloquio domínico-francés sobre arbitraje internacional, en la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), habló con DL.

P. ¿Qué importancia tiene el arbitraje a nivel global?

R. Globalmente, el arbitraje es el modo puntual del reglamento de las diferencias entre empresas comerciales a nivel internacional, y desde (hace) quince años hay también el desarrollo del arbitraje de inversión entre inversionistas y estados receptores de inversión. Entonces creo que es una gran problemática del derecho mercantil internacional, para hablar globalmente.

P. ¿Cuáles son las ventajas del arbitraje?

R. Creo que hay muchas ventajas del ir al arbitraje, primero en el tribunal arbitral sujeto de estar neutral, los árbitros son profesionales de la materia, de la cuestión, mientras que jueces nacionales no pueden estar muy formados sobre ese tipo de diferencias.

El arbitraje comercial es secreto, es importante para las empresas y es más fácil de aplicar reglas internacionales delante de tribunales de arbitrajes porque los árbitros no son juegos de un Estado, me parece que estas razones explican muy bien el desarrollo del arbitraje como un foro neutral, eficaz para el reglamento de las diferencias.

P. ¿Cuál es su significado para la seguridad jurídica de las empresas cuando una de las partes no se acoge a lo acordado?

R. A nivel mundial hay unanimidad para reconocer la cláusula de arbitraje y para ayudar a las partes para iniciar el arbitraje. Es verdad que en algunos países los jueces de tiempo en tiempo no respetan las cláusulas de arbitraje, especialmente cuando una empresa nacional, una empresa estatal es partida en las diferencias, pero es muy raro, y se trata de países que no juegan en los juegos del comercio internacional. Entonces, esos Estados no dan una muy buena imagen de ellos y para el negocio no es bueno.

P. Hay un aspecto del arbitraje que llama poderosamente la atención y es que, por ejemplo, si el Estado dominicano suscribe un acuerdo con una empresa y se acoge al procedimiento de arbitraje internacional, si ésta incumple con el Estado y rescinde ese contrato por esta causa, la empresa recurre al arbitraje internacional, aun incumpliendo las cláusulas. ¿Hay una desventaja para el procedimiento arbitral?

R. Después del trabajo del tribunal arbitral, de estudiar el caso, de ver quién es la partida que no ha cumplido sus compromisos y obligaciones, entonces da una decisión, y entonces en más de un 50% de los casos es el Estado que gana el procedimiento de arbitraje. Entonces, eso es una solución muy equilibrada.

P. ¿El Estado no está en desventaja con el arbitraje?

R. No me parece que es una ventaja, pero es una necesidad. Si el Estado quiere ver inversiones en su territorio, para dar conciencia a los inversionistas extranjeros, debe de firmar contratos con las cláusulas de arbitrajes o tratados bilaterales de inversión, o tratado bilaterales como el CAFTA, para asegurar los inversionistas.

P. ¿Cuál es el desafío actual de los países y de las empresas en sentido general frente al arbitraje?

R. Me parece que el problema más importante no es el procedimiento de arbitraje, pero las normas sustantivas que deben de ser aplicadas a las relaciones entre las empresas o entre una empresa y un Estado, hay que mejorar las normas sustantivas, como las normas de tratados robustos y estables, como las normas sobre las expropiaciones. Ese sí es el desafío por el momento.

P. ¿Cómo ve la experiencia dominicana en la materia?

R. Me parece que es una experiencia muy reciente y se necesita hacer una reflexión sobre los tratados firmados por la República Dominicana, cómo mejorar los tratados y cómo mejorar también la formación de los juristas que trabajarán en el ministerio o en las empresas nacionales.