"Sabíamos que había un mercado. Lo que no sabíamos es lo grande que era"
NEBRASKA.- Marlon Reyes y su hermano mayor Carlos se fueron de Honduras hace poco más de cuatro años en busca del sueño americano.
Dejaron su patria, sacudida por la delincuencia, con un plan comercial, las recetas de la familia para hacer quesos y poco más.
Los hermanos, de 30 y 33 años, estaban decididos a iniciar nuevas vidas en un país sin los problemas de su tierra natal.
"Las cosas están muy feas en Honduras", dijo Marlon Reyes al hablar de su decisión de venirse a Estados Unidos en abril de 2010 para escaparle a los robos, los secuestros y otros delitos que son parte de la vida diaria en Honduras.
La familia Reyes hace quesos desde hace años y ellos sabían que la creciente población latinoamericana de Estados Unidos sería una buena base si lograban abrir una empresa aquí.
"Sabíamos que había un mercado. Lo que no sabíamos es lo grande que era", dijo Reyes, quien es propietario de Central American Foods LLC junto con su hermano.
La fábrica de quesos, que opera desde un edificio alquilado en el 1014 E de la Calle 19, comenzó a producir en octubre de 2013, casi dos años después de que los hermanos registrasen la empresa.
En un primer momento pensaron instalarla en Schuyler, pero no lo pudieron hacer y optaron por irse más al oeste.
En Columbus, Reyes dijo que de inmediato recibieron la ayuda y la asesoría que necesitaban para poner las cosas en marcha.
"Nos apoyaron y aquí estamos", manifestó.
Los hermanos trabajaron con una empresa de bienes raíces y con el Departamento de Agricultura para decidir dónde instalar la fábrica. Se decidieron por un viejo depósito en un edificio de metal donde también funciona Frontier Communications en el sector oriental de la ciudad.
Consultaron con el Consejo Económico de Columbus y con su copresidente David Bell, quien los derivó al Centro de Procesamiento de Alimentos de Nebraska-Lincoln, donde se modificaron las recetas de la familia y se dispuso que empleasen leche pasteurizada en lugar de la lecha pura que usaban en Honduras.
Reyes se matriculó en un programa para gente que quiere abrir su propio negocio en el Central Community College de Columbus, para aprender más sobre administración de empresas antes de abrir la fábrica, que hoy emplea unas 10 personas.
Alentados por un préstamo de 100.000 dólares de la municipalidad y el apoyo financiero de un banco local, los hermanos remodelaron totalmente su parte del edificio e instalaron equipo especializado antes de comenzar la producción hace nueve meses.
"No reconoces este lugar, comparado con lo que había cuando llegamos", expresó Reyes.
La fábrica de 465 metros cuadrados (5000 pies cuadrados) cuenta con cuartos de procesamiento y secado, un salón refrigerado donde se cortan los quesos, un laboratorio y un sistema de acero inoxidable que transporta la leche entre dos grandes tanques de almacenamiento. Hay también camiones refrigerados para transportar el quedo a sus destinos.
"La sala de procesamiento fue construida de cero", dijo Reyes.
Central American Foods recibió sus permisos para operar en octubre de 2013 y cuenta ahora con un certificado Grado A, algo de lo que Reyes se siente particularmente orgulloso.
Esa certificación la permite a la empresa producir lácteos todos los días con la supervisión de la Administración de Alimentos y Drogas.
Si bien costó despegar, el tener una fábrica en Estados Unidos ofrece una ventaja.
Reyes dijo que era difícil exportar quesos desde Honduras a Estados Unidos por las estrictas normas los estadounidense y por la severa vigilancia del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza en busca de drogas. Los productos se pueden podrir mientras están en cuarentena y cuesta mantener una clientela fija si uno no puede garantizar las entregas.
Eso no sucede con la planta de Columbus, donde los Reyes producen quesos mejores y a un costo más bajo que los que se pueden importar.
Central American Foods, que recibe su leche de Prairieland Dairy y Dairy Farmers of America, consiguió su primer contrato grande en marzo, con la firma Global Garlic de Miami, que distribuye productos hispanos en todo el país.
La empresa produce 80.000 libras (más de 36.000 kilos) de mercancías por mes para Global Garlic y espera sellar para el 1ro de agosto un nuevo contrato con una compañía de Nueva York que quiere 120.000 libras (54.500 kilos) de natilla agria por mes.
Los Reyes están trabajando además con una firma de Nebraska, Productos Campesinos de Nebraska Inc., con miras a un acuerdo para producir de 40.000 a 50.000 libras de quesos mexicanos por mes. Esperan que los contratos se hayan firmado hacia fines de 2014.
"Se está comentando que hay un tipo en Nebraska que hace quesos centroamericanos", expresó.
Central American Foods produce cuatro quesos en la actualidad: queso seco, queso fresco, queso fresco con jalapeño y pimentón y una natilla agria al estilo centroamericano que es más ácida que la estadounidense.
Y los Reyes siempre tratan de buscar productos nuevos.
"Siempre estoy en el laboratorio, probando muestras, buscando cosas nuevas", dijo Marlon Reyes, quien llega a la fábrica a las tres de la mañana y no se va hasta el anochecer.
Reyes ya piensa en expandir el negocio. Dijo que tiene una oferta para comprarle el edificio y que le gustaría disponer de un sitio con más espacio.
"Esto ya nos queda pequeño", expresó al describir un proyecto que incluiría una sociedad con otra operación de lácteos de la zona.
Los hermanos quieren traer a su madre a Estados Unidos.
"En Columbus nos sentimos como en nuestra casa", dijo Reyes. "No nos vamos de aquí".
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