EL EXPRESIDENTE FRANCÉS ES ACUSADO DE CORRUPCIÓN
El expresidente francés Nicolás Sarkozy se encontraba ayer martes detenido por la policía, al parecer como parte de una investigación vinculada a acusaciones de que aceptó 50 millones de euros (67 millones de dólares) en fondos ilegales para su campaña provenientes del fallecido gobernante libio Moamar Gadafi.
Sin embargo, es posible que su impactante arresto y sórdido caso no afecten sus posibilidades de tener un regreso presidencial.
Sarkozy es un sobreviviente político que está de gira mundial con su esposa, una cantante de pop, y sigue siendo uno de los políticos más populares en Francia pese a la pila de investigaciones que apuntan hacia él. El exmandatario, de 59 años, no ha sido declarado culpable de nada, y sigue teniendo renombre en el escenario internacional.
Y es posible que él sea la mejor oportunidad de su agobiado partido conservador para recuperar la presidencia en 2017, después de perderla ante el socialista Francois Hollande en 2012.
Una fuente judicial confirmó ayer martes que Sarkozy estaba detenido en la comisaría del suburbio parisino de Nanterre. La fuente, que no estaba autorizada a discutir oficialmente una investigación en curso, no dio más detalles. La policía, fiscales y otras fuentes judiciales tampoco dieron más detalles.
La televisora BFM dijo por la noche que el expresidente fue presentado ante un juez investigador, quien podría presentarle cargos, nombrarlo como testigo o liberarlo.
Los medios franceses afirman que Sarkozy está siendo interrogado en una investigación sobre la financiación de su campaña presidencial de 2007.
EL ASUNTO DE LA INVESTIGACIÓN
El diario francés Le Monde, que ha seguido el caso de cerca, informó que el interrogatorio se enfoca en si un magistrado llamado Gilbert Azibert mantenía a Sarkozy y a su abogado Thierry Herzog al tanto de la investigación. Herzog también fue detenido ayer pero más tarde fue liberado con cargos preliminares.
Paul-Albert Iweins, abogado del abogado, insiste en que no hay pruebas de malos actos por parte de Herzog.
Los investigadores basan sus sospechas, al menos en parte, en conversaciones obtenidas con escuchas telefónicas entre Sarkozy y su abogado. La intervención telefónica ha sido criticada y comparada con las prácticas de la policía secreta en la Alemania Oriental.
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