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martes, 4 de noviembre de 2014

Nubes para Obama si ganan los republicanos

La relación entre el Gobierno de Obama y el Congreso "ha sido muy difícil"

Barack Obama
Barack Obama
WASHINGTON. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no ha podido materializar en leyes gran parte de las prioridades de su agenda por el obstruccionismo republicano en el Congreso, que puede reforzarse si los conservadores logran la mayoría en el Senado en las legislativas de este martes.

La relación entre el Gobierno de Obama y el Congreso "ha sido muy difícil", especialmente desde que en 2010 los republicanos pasaron a controlar la Cámara de Representantes, y en estos últimos cuatro años apenas se han aprobado leyes importantes.

Así lo explicó ayer a Efe el analista Roberto Izurieta, profesor de la Universidad George Washington y quien cree que "las cosas no van a cambiar mucho" si los demócratas pierden el Senado en cuanto a la "falta de comunicación y cooperación" entre ambos partidos, lo que ha sido la tónica de los últimos años.

"Es difícil imaginar un Congreso menos productivo que el actual, pero el obstruccionismo podría empeorar si queda establecida una nueva mayoría (republicana)", alertó la semana pasada The New York Times en un editorial.

Una mayoría republicana en el Congreso "realmente no sería capaz de revertir los logros más significativos de Obama, pero en el solo hecho de intentarlo podría causar mucho daño", sostuvo el influyente diario.

Con excepción de la ley para transformar el sistema de salud, aprobada cuando los demócratas aún controlaban las dos cámaras del Congreso, Obama no ha podido sacar adelante otras de sus prioridades, como la reforma migratoria, el cierre de la cárcel de Guantánamo o el aumento del salario mínimo.

Si en estas elecciones, en las que se renueva toda la Cámara de Representantes, 36 gobiernos estatales y un tercio del Senado, se imponen los republicanos en la Cámara alta la "capacidad" de lograr acuerdos bipartidistas sobre diversos temas, aunque sean "mínimos", "se va a perder", indicó Izurieta a Efe.

No obstante, tanto el vicepresidente Joe Biden como el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, enfatizaron este lunes que, con independencia de los resultados de estos comicios, no va a cambiar la "voluntad" del Gobierno de colaborar con ambos partidos en el Congreso.

Como recuerda Izurieta, esa voluntad y una apertura al diálogo estuvieron presentes en la actitud de Obama hasta que el bloqueo republicano en el Congreso llevó en 2011 a la primera rebaja en la historia de la calificación de la deuda de Estados Unidos y después, en 2013, al cierre parcial de las actividades del Gobierno federal por falta de fondos.

A raíz de esas crisis el presidente "cambió de estrategia", según Izurieta, y decidió extender al máximo de lo permitido por la ley sus funciones ejecutivas para hacer avanzar su agenda con medidas unilaterales que no requieren la aprobación del Congreso.

La mayoría de esas medidas adoptadas por Obama han estado centradas en el fortalecimiento de la economía, pero las de mayor impacto y más polémicas serán para reformar el sistema de inmigración y el presidente ha prometido anunciarlas antes de final de año.

En política exterior no se esperan grandes cambios aunque los republicanos pasen a controlar el Senado, puesto que los analistas coinciden en que hay cooperación entre la Casa Blanca y el Congreso en ese ámbito, sobre todo en materia de defensa y seguridad nacional.

En cambio, a Obama sí le puede beneficiar un Congreso de mayoría republicana de cara a convertir en leyes su ambiciosa agenda comercial global, de acuerdo con un análisis reciente de la revista Foreign Policy.

El Gobierno de Obama negocia actualmente dos acuerdos de libre comercio, uno con la Unión Europea y otro con varios países de la región Asia-Pacífico conocido como TPP, y son los demócratas quienes están poniendo más obstáculos a esos procesos por su posible impacto negativo en los empleos y salarios dentro de Estados Unidos.

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