Se trata de un proyecto "fundamental para dar más seguridad a las personas en el tránsito", dice
SANTIAGO DE CHILE.- La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, firmó hoy un proyecto de ley que aumenta las penas a la conducción bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, informaron fuentes oficiales.
La nueva normativa, denominada "Ley Emilia" en recuerdo de una bebé de nueve meses que falleció luego de ser expelida del automóvil de su familia después de ser chocado por un conductor borracho, fija un mínimo de tres años y un día de prisión para ese tipo de delito y eleva su máximo desde cinco años y un día a diez años tras las rejas.
Se trata de un proyecto "fundamental para dar más seguridad a las personas en el tránsito", dijo Bachelet en el acto de firma de la iniciativa, en el palacio de la Moneda.
La propuesta "viene a llenar un vacío importante en nuestra legislación y muy doloroso para muchas familias chilenas", añadió la mandataria.
La actual legislación, precisó, "hace posible que haya en Chile personas que causen lesiones graves e incluso la muerte de inocentes por conducir en estado de ebriedad y reciban penas que son irrelevantes".
Bachelet, que estaba junto a los padres de la bebé cuya muerte dio origen al proyecto, subrayó que "no es justo que la irresponsabilidad de algunos que afecta a inocentes no tenga una pena adecuada en nuestra legislación", pero consideró al mismo tiempo "urgente tomar medidas que apunten a una mejor seguridad vial".
"Lo que está en juego es la salud y la vida de las personas", sostuvo Bachelet, que recordó que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los traumatismos causados por accidentes de tránsito son una epidemia mundial y se han convertido en la octava causa de muerte en el mundo.
En Chile, en tanto, son la primera causa de muerte de niños entre 0 y 14 años y el alcohol está presente en dos de cada diez accidentes fatales, remarcó la presidenta chilena.
En el país austral, en 2013 más de 4.700 accidentes fueron causados por conductores bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, que dejaron 148 fallecidos y 457 personas con heridas graves.
Agregó que el proyecto no busca ensañarse con quienes imprudentemente se exponen a sí mismos y a los otros. "Se trata de que las penas sean proporcionales al daño causado", sostuvo.
Además de aumentar las penas, el proyecto crea un nuevo delito, calificado en los casos en que el responsable de un accidente huya del lugar, la reincidencia de conducir bajo los efectos del alcohol o en los casos de conductores que trabajan transportando personas.
La sustitución de la prisión efectiva por reclusión parcial nocturna se aplicará sólo a penas menores de cinco años y siempre el condenado deberá cumplir al menos un año de reclusión efectiva.
"Hoy queremos enviar un mensaje nítido a los ciudadanos, si van a beber, sencillamente no manejen, no arriesguen la vida de sus semejantes, no arriesguen sus propias vidas, no arriesguen la seguridad y el bienestar de sus familias y de las familias de miles de chilenos", concluyó Bachelet.
La nueva normativa, denominada "Ley Emilia" en recuerdo de una bebé de nueve meses que falleció luego de ser expelida del automóvil de su familia después de ser chocado por un conductor borracho, fija un mínimo de tres años y un día de prisión para ese tipo de delito y eleva su máximo desde cinco años y un día a diez años tras las rejas.
Se trata de un proyecto "fundamental para dar más seguridad a las personas en el tránsito", dijo Bachelet en el acto de firma de la iniciativa, en el palacio de la Moneda.
La propuesta "viene a llenar un vacío importante en nuestra legislación y muy doloroso para muchas familias chilenas", añadió la mandataria.
La actual legislación, precisó, "hace posible que haya en Chile personas que causen lesiones graves e incluso la muerte de inocentes por conducir en estado de ebriedad y reciban penas que son irrelevantes".
Bachelet, que estaba junto a los padres de la bebé cuya muerte dio origen al proyecto, subrayó que "no es justo que la irresponsabilidad de algunos que afecta a inocentes no tenga una pena adecuada en nuestra legislación", pero consideró al mismo tiempo "urgente tomar medidas que apunten a una mejor seguridad vial".
"Lo que está en juego es la salud y la vida de las personas", sostuvo Bachelet, que recordó que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los traumatismos causados por accidentes de tránsito son una epidemia mundial y se han convertido en la octava causa de muerte en el mundo.
En Chile, en tanto, son la primera causa de muerte de niños entre 0 y 14 años y el alcohol está presente en dos de cada diez accidentes fatales, remarcó la presidenta chilena.
En el país austral, en 2013 más de 4.700 accidentes fueron causados por conductores bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, que dejaron 148 fallecidos y 457 personas con heridas graves.
Agregó que el proyecto no busca ensañarse con quienes imprudentemente se exponen a sí mismos y a los otros. "Se trata de que las penas sean proporcionales al daño causado", sostuvo.
Además de aumentar las penas, el proyecto crea un nuevo delito, calificado en los casos en que el responsable de un accidente huya del lugar, la reincidencia de conducir bajo los efectos del alcohol o en los casos de conductores que trabajan transportando personas.
La sustitución de la prisión efectiva por reclusión parcial nocturna se aplicará sólo a penas menores de cinco años y siempre el condenado deberá cumplir al menos un año de reclusión efectiva.
"Hoy queremos enviar un mensaje nítido a los ciudadanos, si van a beber, sencillamente no manejen, no arriesguen la vida de sus semejantes, no arriesguen sus propias vidas, no arriesguen la seguridad y el bienestar de sus familias y de las familias de miles de chilenos", concluyó Bachelet.
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