WASHINGTON.- El Secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., Jeh C. Johnson, avisó hoy a los padres de los niños centroamericanos que están cruzando ilegalmente la frontera sur estadounidense de que "no hay permisos" al final del viaje y sólo les espera la deportación.
En una "carta abierta a los padres", remitida hoy a Efe, Johnson advierte de los peligros de esa aventura y de los traumas que pueden sufrir los niños en manos de los contrabandistas.
"Si su hija o hijo resulta detenido al cruzar la frontera de forma ilegal, será acusado de violar las leyes migratorias de Estados Unidos y se iniciará un proceso de deportación en su contra: una situación nada recomendable", asegura el máximo responsable del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU.
Johnson rebate el rumor según el cual las excepciones a la actual legislación migratoria o su proyecto de reforma, en estudio en el Congreso, contemplarían una regularización futura para quienes hayan entrado en el país siendo niños.
Según las autoridades estadounidenses, esa falsedad, difundida interesadamente por las mafias del tráfico de personas, está en el origen de la llegada masiva de niños centroamericanos no acompañados que se registra en los últimos meses, casi 47.000 en lo que va de año.
"Déjenme que sea claro: no hay ningún camino que lleve a acción diferida ni a la ciudadanía, ni tampoco hay ningún recurso que el Congreso esté contemplando para un niño que cruza nuestra frontera de forma ilegal hoy", afirma Johnson.
Johnson explica que el programa "Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Deferred Action for Childhood Arrivals)" del Gobierno de EE. UU., también conocido con el nombre de DACA, "no se aplica a los niños que crucen la frontera estadounidense de forma ilegal hoy, ni a los que cruzaron ayer o cruzarán mañana".
"Para cumplir con los requisitos de DACA, el niño debe haber entrado a Estados Unidos antes del 15 de junio de 2007, hace siete años", puntualiza.
Además, "la legislación de reforma migratoria que se encuentra actualmente en el Congreso ofrece un camino merecido a la ciudadanía, pero solo para determinadas personas que vinieron a este país antes del 31 de diciembre de 2011, inclusive (es decir, hace dos años y medio)".
Por el contrario, añade Johnson, "conforme a las leyes y políticas actuales de EE.UU., cualquier persona que sea detenida al cruzar ilegalmente nuestra frontera estará sujeta a deportación prioritaria, independientemente de su edad".
"Esto significa que si su hija o hijo resulta detenido al cruzar la frontera de forma ilegal, será acusado de violar las leyes migratorias de Estados Unidos y se iniciará un proceso de deportación en su contra: una situación nada recomendable", insiste Johnson.
Y aclara: "El documento que se emite a nombre de su hijo no es un permiso, sino un aviso de comparecencia en un proceso de deportación ante un juez de inmigración".
Johnson reconoce que la violencia generada por las drogas y las pandillas "aterroriza a la sociedad" en los países de origen de los niños (Honduras, El Salvador y Guatemala fundamentalmente), pero enfatiza: "Mandar a su hijo o hija a viajar ilegalmente a Estados Unidos no es la solución".
"En manos de los contrabandistas, muchos niños experimentan situaciones traumáticas y sufren abusos psicológicos a causa del viaje; o, lo que es peor, son golpeados, mal alimentados, violados o vendidos en el mercado del sexo y se encuentran expuestos a todo tipo de abusos psicológicos por parte de criminales", advierte.
Johnson asegura que como Secretario de Seguridad Nacional ha podido ver esta semana en persona a los niños en el centro de procesamiento de Texas. "Como padre, observé los rostros de esos niños y vi temor y vulnerabilidad".
"El deseo de querer que sus hijos tengan una vida mejor en Estados Unidos es comprensible. Pero exponer a un niño no acompañado a los riesgos de la inmigración ilegal para alcanzar ese sueño son demasiado altos y los "permisos" no existen", concluye la carta.
En una "carta abierta a los padres", remitida hoy a Efe, Johnson advierte de los peligros de esa aventura y de los traumas que pueden sufrir los niños en manos de los contrabandistas.
"Si su hija o hijo resulta detenido al cruzar la frontera de forma ilegal, será acusado de violar las leyes migratorias de Estados Unidos y se iniciará un proceso de deportación en su contra: una situación nada recomendable", asegura el máximo responsable del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU.
Johnson rebate el rumor según el cual las excepciones a la actual legislación migratoria o su proyecto de reforma, en estudio en el Congreso, contemplarían una regularización futura para quienes hayan entrado en el país siendo niños.
Según las autoridades estadounidenses, esa falsedad, difundida interesadamente por las mafias del tráfico de personas, está en el origen de la llegada masiva de niños centroamericanos no acompañados que se registra en los últimos meses, casi 47.000 en lo que va de año.
"Déjenme que sea claro: no hay ningún camino que lleve a acción diferida ni a la ciudadanía, ni tampoco hay ningún recurso que el Congreso esté contemplando para un niño que cruza nuestra frontera de forma ilegal hoy", afirma Johnson.
Johnson explica que el programa "Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Deferred Action for Childhood Arrivals)" del Gobierno de EE. UU., también conocido con el nombre de DACA, "no se aplica a los niños que crucen la frontera estadounidense de forma ilegal hoy, ni a los que cruzaron ayer o cruzarán mañana".
"Para cumplir con los requisitos de DACA, el niño debe haber entrado a Estados Unidos antes del 15 de junio de 2007, hace siete años", puntualiza.
Además, "la legislación de reforma migratoria que se encuentra actualmente en el Congreso ofrece un camino merecido a la ciudadanía, pero solo para determinadas personas que vinieron a este país antes del 31 de diciembre de 2011, inclusive (es decir, hace dos años y medio)".
Por el contrario, añade Johnson, "conforme a las leyes y políticas actuales de EE.UU., cualquier persona que sea detenida al cruzar ilegalmente nuestra frontera estará sujeta a deportación prioritaria, independientemente de su edad".
"Esto significa que si su hija o hijo resulta detenido al cruzar la frontera de forma ilegal, será acusado de violar las leyes migratorias de Estados Unidos y se iniciará un proceso de deportación en su contra: una situación nada recomendable", insiste Johnson.
Y aclara: "El documento que se emite a nombre de su hijo no es un permiso, sino un aviso de comparecencia en un proceso de deportación ante un juez de inmigración".
Johnson reconoce que la violencia generada por las drogas y las pandillas "aterroriza a la sociedad" en los países de origen de los niños (Honduras, El Salvador y Guatemala fundamentalmente), pero enfatiza: "Mandar a su hijo o hija a viajar ilegalmente a Estados Unidos no es la solución".
"En manos de los contrabandistas, muchos niños experimentan situaciones traumáticas y sufren abusos psicológicos a causa del viaje; o, lo que es peor, son golpeados, mal alimentados, violados o vendidos en el mercado del sexo y se encuentran expuestos a todo tipo de abusos psicológicos por parte de criminales", advierte.
Johnson asegura que como Secretario de Seguridad Nacional ha podido ver esta semana en persona a los niños en el centro de procesamiento de Texas. "Como padre, observé los rostros de esos niños y vi temor y vulnerabilidad".
"El deseo de querer que sus hijos tengan una vida mejor en Estados Unidos es comprensible. Pero exponer a un niño no acompañado a los riesgos de la inmigración ilegal para alcanzar ese sueño son demasiado altos y los "permisos" no existen", concluye la carta.
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