Quedan dos internos: Francis González y Merlin de León
SANTO DOMINGO. Momentos de horror fue lo que se vivió ayer bajo tierra, cuando alrededor de las ocho de la mañana, más de 500 pasajeros de la Segunda Línea del Metro vieron anonadados a un joven con una mochila, aún sin identificar, provocar un incendio en uno de los vagones, mientras el subdirector de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), Leonel Carrasco, dijo que no descarta que se trate un atentado.
Uno de los pasajeros, Abel Hernández, narró entre llanto que sólo alcanzó a ver la humareda, y luego la gente “gritando” y corriendo, hasta que el tren se detuvo, y todo el mundo trató de salir corriendo al mismo tiempo.
En principio se corrió la voz de que el autor del “atentado” era Francis Alberto González Gil; pero eso fue desmentido a media tarde de ayer por el propio Leonel Carrasco, quien dijo que aún no se ha podido dar con el paradero del responsable de la acción que dejó 35 heridos y a decenas de personas con traumas. El autor abordó en la estación Ramón Cáceres (Av. Duarte esq. Expreso V. Centenario).
En tanto, la señora Esperanza Brito lloraba y contaba horrorizada cómo vivió momentos de dolor y desesperación. “Yo no se cómo estoy viva, yo le pedía Dios que me protegiera, que me dejara ver a mi nieto nacer, y que yo no podía morir de esa manera, ya soy una vieja y lo único que quiero es ver a mi nieto nacer”, narró. Doña Esperanza sufrió una caída al bajar del vagón donde ocurrió el fuego, y recibió un golpe en la pierna izquierda.
En tanto, Sergio Vargas, un socorrista de la Cruz Roja, dijo que se habían atendido a 35 personas con diferentes lesiones, la mayoría de ellas leves, mientras que la dirección del hospital Luis Eduardo Aybar (Morgan) explicó que en ese centro fueron atendidos 19 con quemaduras leves, sólo cuatro en estado delicado, pero ayer en la tarde en la Unidad de Quemados del centro ya sólo quedaban dos, el resto había sido despachado a sus respectivas residencias.
Todos los organismos de socorro y de seguridad del Estado, llegaron raudos y veloces al lugar del hecho, unos querían ayudar y otros querían investigar para determinar quién o quiénes cometieron la acción, tipificada por algunos oficiales de la Policía como de criminal.
Un oficial al servicio de Inteligencia Delictiva de la Policía dijo a DL que la acción tiene ribetes de “atentado terrorista”, pero que las investigaciones finales determinarían lo sucedido.
Una mujer que viajaba en el vagón donde se originó el “atentado”, escuchó la conversación, y estalló en llanto, y llena de miedo comenzó a correr, por lo que fue necesario que miembros del 911 la atendieran.
“Me ahogo, este país se acabó, aquí hay terrorismo, esto fue una bomba que intentaron tirar, y no funcionó”, decía la señora de unos 50 años aproximadamente y que, por casualidad, era la primera vez que usaba el Metro.
Alberto Santana, quien tomó el Metro como de costumbre en la parada de la avenida Duarte, para trasladarse a su trabajo en el sector conocido como La Feria, narró: “Yo pensé que esto era seguro, pero aquí no se revisa a nadie, todo el mundo entra con paquetes, mochilas, sacos, loncheras, y ninguno de los miembros de la seguridad lo revisa”.
Santana recibió quemaduras en la pierna derecha. Dijo que le cayó un objeto que no pudo identificar, y llamó al presidente Danilo Medina a que instruya al Jefe de la Policía para que investigue a fondo el caso, el cual piensa que se trató de un atentado terrorista.
Por lo menos 11 camiones del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo, 15 ambulancias de 911 y más de cien socorristas actuaron en lo que se puede llamar el “más grande rescate”, ocurrido hasta ahora en el país.
“Ay Dios mío, alguien quiso matarnos a todos, yo estoy muy asustada, y me siento que acabo de nacer”, dijo Mauricia Estévez, otra mujer que viajaba en el vagón donde ocurrió el hecho. Nélsida Rosario, por su parte, narró que la gente intentaba salir todos al mismo tiempo, pero que ella pudo contener la respiración en medio de la humareda, y pensó que moriría, se confesó, y pidió a “Dios que se haga su voluntad y no la mía”. Muchos corrieron despavoridos ante el temor que generó el acontecimiento.
El metro volvió a operar con normalidad
Dos horas después de restaurarse el servicio de la Línea 2 del Metro de Santo Domingo, los usuarios lo abordaban con normalidad, incluido el tramo en el que ocurrió el incidente, entre las estaciones Mauricio Báez, escuela República Dominicana, y Ramón Cáceres, avenida Duarte.
Periodistas de Diario Libre recorrieron el Metro desde la Línea 1 y el transbordo de la Línea 2. Los encargados de seguridad pidieron no tomar imágenes por las medidas de protección. Los pasajeros se preguntaban la gravedad del incidente, y las intenciones que hubo detrás, si se trató de un individuo aislado, si tenía problemas mentales, o fue algo dirigido a desestabilizar el Gobierno. En tanto, dentro de las estaciones del Metro, los agentes del Cuerpo Especializado vigilaban a los pasajeros. Según la OPRET, el servicio fue normalizado a las 9:22 de la mañana.
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