Charlotte.- Centenares de inmigrantes marcharon hoy por las calles de Charlotte, en Carolina del Norte, para pedir al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que paralice de inmediato las deportaciones que han separado a las familias inmigrantes en el país.
La marcha, que atrajo a numerosas personas desde varias ciudades de este estado y de Carolina del Sur, se inició en el Parque de los Veteranos y prosiguió a lo largo de dos millas de la Calle Central, el corazón de la comunidad hispana de esta ciudad, hasta alcanzar el Parque Marshall.
"Hoy marchamos por nuestros padres, hijos, sobrinos, trabajadores; porque estamos cansados de tanto sufrimiento y seguiremos exigiendo al presidente Obama que no más deportados", afirmó ante la multitud Elver Barrios, integrante de la Coalición Latinoamericana (LAC), organizadora de la marcha.
Entre los manifestantes estuvo la mexicana Celsa Hernández, quien arribó acompañada de sus tres hijos desde la ciudad de Monroe, al sur de Charlotte, para apoyar el movimiento, ya que ha vivido en "carne propia" el sufrimiento de la separación familiar.
"A mi padre y dos hermanos los deportaron hace cinco años en Charlotte, por no tener licencia de conducir. No es justo que se lleven a personas inocentes", apuntó Hernández a Efe.
Al menos 13.000 inmigrantes hispanos han sido puestos en proceso de deportación en Charlotte, a través del programa 287g que opera desde el 2006 en la cárcel del condado Mecklenburg y que permite identificar a indocumentados entre los detenidos en este centro penitenciario.
Según los activistas, la medida migratoria ha generado sufrimiento y angustia en las familias migrantes de la zona como la de Leisha Acosta, una madre de familia que viene luchando desde años contra la deportación de su esposo.
"Esta lucha apenas comienza, no podemos dejar vencernos, hay que pelear por mantener nuestras familias unidas", expresó Acosta a los manifestantes.
Los estudiantes también se hicieron presentes en la protesta, a través de un autobús con más de 50 "soñadores" de la Asociación de Estudiantes Latinos del Columbia College en Carolina del Sur, que efectuó un viaje desde la capital del vecino estado para sumarse a la marcha.
Oscar Chacón, de la Alianza Nacional de Comunidades Caribeñas y Latinoamericanas llegó incluso desde Chicago (Illinois) para urgir a la comunidad a seguir en "pie de lucha".
Más de dos millones de indocumentados han sido deportados desde que el presidente Obama comenzó su mandato en 2009, a un promedio de 1.000 inmigrantes diarios, lo que le ha hecho merecedor del título de "jefe deportador".
Ignacia Rodríguez, del Centro Nacional de Leyes de Inmigración, pidió directamente al presidente que en vez de deportar a dos millones de personas ofrezca un alivio migratorio administrativo a todos los indocumentados del país.
La marcha de hoy fue convocada LAC, la organización hispana más grande de Carolina del Norte, y a ella se le unieron los grupos Familias Unidas, United 4 the Dream, el Comité de Reforma Migratoria de Carolina del Sur, entre otros.
La marcha, que atrajo a numerosas personas desde varias ciudades de este estado y de Carolina del Sur, se inició en el Parque de los Veteranos y prosiguió a lo largo de dos millas de la Calle Central, el corazón de la comunidad hispana de esta ciudad, hasta alcanzar el Parque Marshall.
"Hoy marchamos por nuestros padres, hijos, sobrinos, trabajadores; porque estamos cansados de tanto sufrimiento y seguiremos exigiendo al presidente Obama que no más deportados", afirmó ante la multitud Elver Barrios, integrante de la Coalición Latinoamericana (LAC), organizadora de la marcha.
Entre los manifestantes estuvo la mexicana Celsa Hernández, quien arribó acompañada de sus tres hijos desde la ciudad de Monroe, al sur de Charlotte, para apoyar el movimiento, ya que ha vivido en "carne propia" el sufrimiento de la separación familiar.
"A mi padre y dos hermanos los deportaron hace cinco años en Charlotte, por no tener licencia de conducir. No es justo que se lleven a personas inocentes", apuntó Hernández a Efe.
Al menos 13.000 inmigrantes hispanos han sido puestos en proceso de deportación en Charlotte, a través del programa 287g que opera desde el 2006 en la cárcel del condado Mecklenburg y que permite identificar a indocumentados entre los detenidos en este centro penitenciario.
Según los activistas, la medida migratoria ha generado sufrimiento y angustia en las familias migrantes de la zona como la de Leisha Acosta, una madre de familia que viene luchando desde años contra la deportación de su esposo.
"Esta lucha apenas comienza, no podemos dejar vencernos, hay que pelear por mantener nuestras familias unidas", expresó Acosta a los manifestantes.
Los estudiantes también se hicieron presentes en la protesta, a través de un autobús con más de 50 "soñadores" de la Asociación de Estudiantes Latinos del Columbia College en Carolina del Sur, que efectuó un viaje desde la capital del vecino estado para sumarse a la marcha.
Oscar Chacón, de la Alianza Nacional de Comunidades Caribeñas y Latinoamericanas llegó incluso desde Chicago (Illinois) para urgir a la comunidad a seguir en "pie de lucha".
Más de dos millones de indocumentados han sido deportados desde que el presidente Obama comenzó su mandato en 2009, a un promedio de 1.000 inmigrantes diarios, lo que le ha hecho merecedor del título de "jefe deportador".
Ignacia Rodríguez, del Centro Nacional de Leyes de Inmigración, pidió directamente al presidente que en vez de deportar a dos millones de personas ofrezca un alivio migratorio administrativo a todos los indocumentados del país.
La marcha de hoy fue convocada LAC, la organización hispana más grande de Carolina del Norte, y a ella se le unieron los grupos Familias Unidas, United 4 the Dream, el Comité de Reforma Migratoria de Carolina del Sur, entre otros.