SANTO DOMINGO. "Te vas a partir el pecho soy asimilado honorifico de la Policía Nacional dominicana". La noticia es lo suficientemente extravagante como para que el único comentario sea la risa y el sarcasmo. "Ha llegado muy alto." le digo. "Nunca llegaré más arriba", repite.
Es la conversación entre el cantor dominicano Diego El Cigala y el periodista José Manuel Gómez, del diario El Mundo, durante una entrevista que le realizó éste último al cantante.
De acuerdo a la historia del reportero antes de mostrar el carnet El Cigala saca la cartera, aparta los euros y le enseña tres carnets que lo acreditan, el de identidad, el de conducir y el de la Policía dominicana. Diego agita el carnet con sus manos cargadas de anillos, relata el periodista.
Aquí el texto íntegro de la entrevista.
Su patria es el flamenco y esa plaza de Cascorro que lo vio nacer y crecer. Así que maneja el arte del 'chalaneo' de los buenos vendedores del rastro madrileño. Su nuevo disco, 'Vuelve el flamenco', parece un disco arcaico que reúne cantes añejos de múltiples influencias. eSTÁ grabado en directo en el teatro del Liceo de Barcelona e incluye una leyenda en la portada: "Homenaje a Paco de Lucía". Eso deberían de ponerlo todos los guitarristas y todos los flamencos y todos los músicos con sentido común.
Pero resulta que este cantaor es dominicano. El Cigala saca la cartera, aparta los euros y me enseña tres carnets que lo acreditan, el de identidad, el de conducir y el de la policía dominicana. Diego agita el carnet con sus manos cargadas de anillos. "Te vas a partir el pecho Soy asimilado honorifico de la Policía Nacional dominicana". La noticia es lo suficientemente extravagante como para que el único comentario sea la risa y el sarcasmo. "Ha llegado muy alto." le digo. "Nunca llegaré más arriba" repite.
"Vivo en Punta Cana, al lado de la playa, con un carrito de golf". La visión es idílica pero escasamente flamenca. ¿Y no le afecta a la voz estar a la orilla del mar? "No. Afecta cuando cantas en altitud cuando voy a Colombia, eso sí que se nota en la voz".
Diego el Cigala ha pasado por muchas cosas, las malas y las buenas pero conserva intactos el garbo y la chulería de barrio. Hay complicidad de muchos conciertos. Así que se lo pregunto a bocajarro:
-Ahora, de verdad ¿por qué se fue?
-Por las cosas que están pasando en España. Seis millones de parados, se acaba la cultura, el IVA, trabajar para el Estado y sobre todo ver a tus compañeros, grandes genios que tienen que tocar en un club de jazz por doscientos euros... Es ridículo. Desde Dominicana puedo ir a cualquier lugar del planeta.
La indignación da paso a la música. En esos clubes se está haciendo música de un nivel excepcional. El Berlin, el Central... Diego sabe bien lo que es eso. Tocar la mejor de las músicas posibles para un puñado de seres privilegiados. Y entonces se acuerda de 'los piratas del Flamenco', la aventura de un puñado de músicos audaces (Jerry González, Javier Colina, Niño Josele, Caramelo, el Piraña...) que se reunían en clubes minúsculos como el Berlín y el Clamores de Madrid en las vísperas de su gran éxito junto a Bebo Valdés, 'Lágrimas negras'.
"Yo ahora sigo la música por 'youtube'" explica, pero no escucha cualquier cosa. Desde su playa lejana sigue los pasos de Juan Antonio Salazar, un cantaor singular rescatado por Paquete que se presentó en el Berlín y que parece uno de esos personajes de leyenda, incapaces de conjugar el arte y el negocio.
Diego está en otra liga. Ha grabado en el Teatro del Liceo de Barcelona y ya lo hizo en el Teatro Real de Madrid. ¿Que le dan esos lugares? "Responsabilidad. Te la juegas a una carta, este disco no tiene regrabaciones, es tal y como ocurrió. Te dan respeto. En este disco estoy solo con Diego del Morao, la percusión de Sabú Porrina y tres palmeros".
Seguimos con internet y Cigala habla de una rumba antológica de Celeste Mendoza en un solar habanero. "Yo no soy ni merenguero ni bachatero, pero voy a hacer ahora un disco de salsa a mi manera". Tras las pesquisas pertinentes parece que quiere enfrentarse a un repertorio latino sin una orquesta salsera. Le recomiendo que escuche el primer disco de Celeste Mendoza que produjeron y arreglaron Ernesto Duarte y Bebo Valdés. "Lo mejor que me ha pasado en la vida es conocer a Bebo Valdés y tocar con Paco de Lucía. Con Bebo tuve una relación de abuelo-nieto. Gracias a su piano yo trascendí".