Se puede decir que muchos gobiernos están perdiendo el control de las insurgencias"
WASHINGTON.- Gobiernos en Medio Oriente y África, en esfuerzos desesperados para ganar terreno en el campo de batalla, están usando barriles bombas contra sus enemigos, lanzando esas armas baratas y de fácil fabricación para contrarrestar los ataques suicidas y bombas al pie de caminos que extremistas han usado durante años.
Nueva evidencia sobre su uso en Irak, tras ser lanzadas contra civiles en Siria y Sudán, ha generado el temor de que gobiernos en países inestables las adopten.
Descritos como dispositivos explosivos improvisados, los barriles bombas tienen la potencia para arrasar con una fila de edificios en una sola explosión. Pueden matar a un gran número de personas, y no solamente a sus blancos originales.
"Se puede decir que muchos gobiernos están perdiendo el control de las insurgencias", dijo Michael Knights, analista del Instituto Washington para Políticas del Medio Oriente. "Ellos también están observando lo que sucede en Siria y piensan que su poderío aéreo es lo que está marcando la diferencia".
"Barril bomba" es un término general para un contenedor grande lleno de combustible, sustancias químicas o explosivos - y en ocasiones pedazos de metal - que en años recientes han sido lanzados a menudo desde helicópteros o aviones.
Pero estas bombas también han sido halladas en playas israelíes, adonde llegaron, según las autoridades, luego que extremistas en la Franja de Gaza las soltaron al mar.
Son atractivas para gobiernos que tienen aeronaves para bombardear objetivos pero recursos limitados para lanzar misiles o usar armas convencionales contra sus enemigos.
El ejército de Sudán comenzó a arrojar barriles bombas sobre área rebeldes a partir de finales de 2011, de acuerdo con organizaciones que vigilan el respeto a los derechos humanos, cuando el sur se separó y creó un nuevo país.
En diciembre de 2012, Susan Rice, entonces embajadora de Estados Unidos para Naciones Unidas, dijo que estaba "profundamente preocupada" por los ataques reportados.
En Siria, fuerzas controladas por el presidente Bashar Assad iniciaron en 2012 una campaña con barriles bombas contra áreas controladas por rebeldes e insurgentes, matando a miles de personas en sus esfuerzos para recuperar el poder en una guerra civil que ha dejado ya más de 160.000 muertos.
Apenas el miércoles, el Departamento de Estado norteamericano reportó evidencia de ataques con barriles bombas en tres barrios de Alepo, ciudad dividida en el norte del país.
El mes pasado, nueva evidencia de que el ejército de Irak arrojó entre cuatro y 10 barriles bombas en bastiones insurgentes en la provincia de Anbar, que hace fronteriza con Siria y está bajo el dominio suní, causó que funcionarios estadounidenses lanzaran a Bagdad la advertencia de desistir inmediatamente, bajo pena de perder la ayuda y el respaldo de Washington.
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