Un estudio británico sugiere que la causa puede estar en que altera el reloj biológico que regula el ciclo sueño/vigilia
La luz de la TV en el dormitorio nos afecta el sueño
Si le gusta dormir con la luz encendida ya tiene un nuevo motivo para dejarlo de hacerlo, aparte del económico. Según una investigación que se publica en «American Journal of Epidemiology», dormir con luz en el dormitorio, «suficiente para ver de noche», podría favorecer la obesidad.
Un equipo del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres (Gran Bretaña) ha realizado un estudio sobre 113.000 mujeres a las que se les solicitó evaluar la cantidad de luz en sus habitaciones y clasificarlas en 4 categorías: suficiente para leer; suficiente para ver a través de la habitación, pero no para leer; suficiente para ver una mano colocada delante pero no para ver a través de la habitación, y demasiado oscuro como para ver la mano.
Los investigadores compararon las respuestas con algunas medidas de sobrepeso y obesidad, como el índice de masa corporal, índice cintura-cadera y la circunferencia de la cintura. Y vieron que todos estos parámetros eran mayores en aquellas mujeres que dormían en habitaciones «más iluminadas».
Oscurecer el dormitorio
Los expertos no saben si hay una relación causa-efecto, pero el profesor Anthony Swerdlow, del Instituto de Investigación del Cáncer, dijo a la BBC que «es el mayor grupo de personas en el que se ha observado una asociación entre la exposición reportada luz en la noche y el sobrepeso y la obesidad». Ahora bien, reconoce que «no hay pruebas suficientes para saber si hacer «oscurecer» el dormitorio puede tener consecuencias sobre el peso corporal».
Lo cierto es que puede «haber otras explicaciones» para que exista asociación, pero los resultados, afirma este experto son lo suficientemente «intrigantes» como para justificar una investigación científica a mayor escala.
Una de las posible explicaciones está relacionada con nuestro reloj biológico. Los investigadores creen que la luz pueda estar interfiriendo el reloj biológico del cuerpo, que rige los ritmos circadianos -día/noche- de nuestro organismo. Además, se sabe que la exposición a la luz artificial perturba a este reloj al retrasar la producción de la melatonina, la hormona del sueño.
Los investigadores creen que la luz pueda estar interfiriendo el reloj biológico del cuerpo
En este sentido, el profesor Derk-Jan Dijk, del Centro del Sueño de Surrey (Reino Unido), dijo que no habría nada de malo en dormir con menos luz. En declaraciones a la BBC señaló que «muchas personas no son conscientes de la luz que hay en su dormitorio durante la noche. A raíz de estos datos –afirmó- creo que cada uno debe evaluar este aspecto y ver lo fácil que sería oscurecer la habitación».
No es este el primer estudio que advierte sobre los efectos de la luz sobre nuestros ciclos. Un reciente trabajo publicado en «Nature» año avisaba que la luz artificial es una de las peores cosas que existen para tener un buena higiene del sueño. Según este trabajo la exposición a la luz artificial después de la puesta del sol es quizá el factor contribuyente más relevante al creciente problema de la falta de sueño de nuestra sociedad moderna.
TV, tabletas, móviles, etc.
Luces de la calle, relojes despertadores o los pilotos de los equipos de música o de la TV pueden iluminar una habitación. Cualquier persona que viva en una gran ciudad puede mirar a su alrededor cualquier noche y comprobar que, en realidad, casi nunca es de noche. A la luz del exterior se añade la presencia habitual de luces en nuestro domicilio, a la que ahora hemos añadido ahora ordenadores, tabletas o teléfonos móviles con pantallas que emiten una frecuencia de luz que es extremadamente perjudicial para que nuestro organismo se prepare de forma natural para conciliar el sueño. Puede que haya llegado el momento de sacar de nuestra habitación todos estos aparatos, sugieren los investigadores.
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