Cuando se esposo murió en un enfrentamiento con un policía en una cantina, Ignacia Jasso tomó las riendas del negocio familiar: el tráfico de droga en Ciudad Juárez.
En la década de los 30, Ignacia Jasso, conocida popularmente como ‘La Nacha’, consolidó un imperio criminal que mantuvo su influencia hasta entrada la segunda mitad del siglo pasado.
‘La Nacha’ y su esposo Pablo González, alias ‘El Pablote’, comenzaron a tener el control del tráfico de marihuana y morfina en la línea fronteriza de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, en la década de los veinte.
Jasso y su esposo consiguieron el control de la zona después de eliminar a sus rivales: un grupo de orientales que llegó a nuestro país , huyendo de Estados Unidos, tras un terremoto que sacudió a San Francisco en 1906.
“La preeminencia de los asiáticos en la distribución y venta de drogas finalizó cuando, a mediados de los años veinte, fueron asesinados 11 inmigrantes chinos dedicados a dicho comercio ilícito. El responsable de las muertes fue un individuo apodado 'El Veracruz', al parecer integrante del grupo de 'La Nacha' y su esposo 'El Pablote'. Se inició así la larga historia de las ejecuciones asociadas al narcotrafico en esta ciudad.
“La masacre de los chinos precedió la fama de la pareja González-Jasso, que controlaba la venta de mariguana, heroína y cocaína. Al parecer, la cabeza de la organización era La Nacha quien manejaba su organización con discreción y generosidad, de tal manera que no se vio obligada a utilizar "grandes dosis de violencia" para controlar su imperio”, narra un texto de Adriana Linares disponible en la página de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
‘El Pablote’ murió en 1930 por un pleito de cantina; su funeral fue lujoso pero discreto.
Ignacia Jasso continuó con el negocio del tráfico de drogas, para lo cual contó con la protección de altos mandos.
“Estuvo protegida por un militar de alto rango, hasta que fue detenida y trasladada al penal de las Islas Marías, en 1943, luego de que la Suprema Corte decidiera que la “reina fronteriza de la droga”, como era también conocida “La Nacha”, debía pagar su condena”, narra el estudio ‘Las mujeres en el narcotráfico’ del maestro en historia Juan Antonio Fernández Velázquez, publicado en la Revista Clivajes.
Sin embargo, el negocio de Jasso no decayó, por el contrario, los hijos que tuvo con El Pablote’ decidieron continuar con la venta de droga mientras su madre cumplía su condena.
0 comentarios:
Publicar un comentario