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sábado, 3 de mayo de 2014

Obama y Merkel, unidos contra los rusos

DESPUÉS DE UN ENCUENTRO DE DOS HORAS EN EL DESPACHO OVAL Washington El presidente de EE.UU., Barack Obama, escenificó ayer su unidad con la canciller alemana, Angela Merkel, respecto a la crisis ucraniana, a través de una amenaza conjunta a Rusia de golpear a sectores enteros de su economía si Moscú pone en peligro la celebración de las elecciones del 25 de mayo en Ucrania

. Después de un encuentro de dos horas en el Despacho Oval, Obama y Merkel condenaron el papel de Rusia en la crisis en Ucrania durante una conferencia de prensa, en la que también salió a relucir el persistente malestar de Alemania por el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

"Estamos unidos en nuestra determinación de imponer costes a Rusia por sus acciones, incluso a través de sanciones coordinadas", dijo Obama cuatro días después de que EE.UU. y la Unión Europea (UE) anunciaran nuevas medidas contra individuos y empresas rusas.

"El próximo paso será un régimen más amplio de sanciones sectoriales", advirtió el mandatario. La imposición de esa nueva tanda dependerá del papel que Rusia adopte frente a las elecciones presidenciales de finales de este mes en Ucrania, según alertaron ambos líderes.

"No queda tanto para el 25 de mayo. Si no es posible estabilizar más la situación, será inevitable la imposición de nuevas sanciones", señaló Merkel. "Depende de los rusos cuál es el camino que quieren tomar".

La estrecha relación de la economía alemana con la rusa ha relegado hasta ahora a Alemania, y con ella a la UE, a un papel cauto a la hora de imponer sanciones a Rusia, pero Merkel coincidió hoy con Obama en que se acerca la hora de ser más rotundos.

"De lo que estamos hablando es de medidas sectoriales, en el contexto de ciertas ramas de la industria", explicó Merkel, que habló de la necesidad de reducir la dependencia europea del gas ruso y su voluntad de "promover una unión energética en la UE".

Ninguno de los dos mandatarios precisó el tipo de sanciones que está en consideración, si bien es probable que los sectores energético y bancario rusos sean los más afectados si Occidente decide proceder con esa estrategia, la misma que piden desde hace semanas los republicanos del Congreso estadounidense.

En parte por sus intereses económicos en Moscú, Merkel es vista en Washington como una interlocutora clave con el Kremlin.

Este jueves la canciller telefoneó a Putin para pedirle ayuda en la liberación de los observadores de la Organización de Cooperación y Seguridad en Europa (OSCE) secuestrados en el este de Ucrania por milicias prorrusas, entre los que hay cuatro alemanes.

"Esa liberación es un paso crucial que tiene que ocurrir de inmediato", destacó hoy Merkel, mientras que Obama se mostró "indignado" por el "tratamiento vergonzoso e inexcusable" que han recibido los secuestrados.

La tensión se elevó hoy en Ucrania durante la ofensiva del Gobierno de Kiev para retomar el control de la ciudad de Slaviansk, en el sureste del país, en la que murieron dos militares ucranianos y un número "significativo" de los sublevados prorrusos, según el presidente interino de Ucrania, Alexándr Turchínov.

Frente a la condena expresada por el Gobierno ruso, Obama defendió la acción del Gobierno de Turchínov, que "tiene el derecho y la responsabilidad de aplicar la ley y mantener el orden dentro de su territorio". En un segundo plano quedó la tensión latente entre EE.UU. y Alemania a raíz de las revelaciones de espionaje de la NSA, si bien Obama se mostró reticente a acordar un tratado de no espionaje mutuo, como quiere el Gobierno alemán.

En su lugar, Obama y Merkel acordaron abrir un "ciberdiálogo" bilateral para solventar sus diferencias, dado que, en palabras del mandatario estadounidense, aún no han conseguido "alinear posturas" respecto a las actividades de la NSA.

"Todavía tenemos algunas dificultades que superar", indicó hoy Merkel, cuyo enfado al enterarse de que uno de sus teléfonos móviles estuvo bajo vigilancia estadounidense hasta 2012 provocó una profunda brecha en la relación con Washington que aún le "duele" a Obama, según reconoció hoy el propio gobernante.

La guerra civil en Siria, las negociaciones sobre el programa nuclear en Irán y las conversaciones para un tratado de libre comercio entre EE.UU. y la UE formaron también parte de la agenda entre los dos líderes, que mantuvieron un almuerzo de trabajo.

Durante su visita a Washington, Merkel dio también un discurso en la Cámara de Comercio y se reunió con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. EFE

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